viernes, 31 de diciembre de 2010

is it?

Is it wrong that I can't remember dates, facts, important things that happened to me not so long ago?

Is it wrong that I don't even know what YEAR it was when my world collapsed and my spirit broke?

Is it wrong to forget everything, when memory is all we have?

Is it wrong that I don't know when I wrote that letter, or even if I sent it?

...

Well, is it?

-d.

martes, 14 de diciembre de 2010

*nota*

las reseñas del proyecto 007 las voy a poner en mi tumblr porque tengo ganas de usarlo, ok?

flawbot.tumblr.com

y bueno, así de cosas.

-d.

Proyecto 007

Las vacaciones son períodos interesantes para mí. Me hacen muy feliz, pero al mismo tiempo es fácil que me traguen en un abismo en el que espacio y tiempo se confunden y conceptos como "salir" o "hacer algo" se vuelven confusos y pierden significado. En las vacaciones me puedo encontrar a mi mismo con la misma ropa de hace tres días y con la cara y los dedos embarrados de polvito de fritos chipotle.

He encontrado que la mejor forma para evitar esto es asignarme tareas, mantenerme ocupado. El fin de semana, por ejemplo, limpié mi closet y organicé muchas cosas en mi cuarto. Ahora que ya está todo bastante ordenado, estoy en el punto exacto en el que puedo empezar un nuevo proyecto o hundirme en la flojera.

Entonces se me ocurrió una idea: voy a ver todas las películas de James Bond. La verdad es que no lo concebí como un "proyecto", simplemente se me antojó ver una película de Bond, pero no me decidía CUÁL, entonces "conseguí" un paquete con todas. Bueno, actualmente estoy en proceso de conseguirlo. Probablemente "llegue" mañana.

Luego comenté en el Twitter que quería ver las películas y aprender a ser como James Bond, o al menos que se me pegue un poco de lo cool. Alguien en el Twitter me sugirió que haga una pequeña reseña de cada película, y pensé "¿Por qué no?", y ahí fue cuando pasó de "idea para pasar el tiempo" a "proyecto de vacaciones".

Me gustaría resumir, después de cada película, qué aprendí sobre la vida, sobre cómo ser un hombre de verdad (Alá sabe que me serviría saber un poco más al respecto), y reportar mis avances en el mundo real. Probablemente no consiga nada. Probablemente mi autoestima sufra daños por estar comparándome con James Bond. Pero no importa. Es algo para hacer. Es una forma de evitar el polvito de los fritos chipotle.

Y nada más para contextualizar:

Nunca he sido el gran fan de James Bond. No he leído los libros. Creo que mi primera aproximación al personaje fue la serie animada James Bond Jr, y si han visto la serie sabrán que realmente no había mucho del personaje de Ian Fleming ahí. Luego habré visto algunas de las películas de Pierce Brosnan en la tele y en el cine, y fuí muy fan de Casino Royale con Daniel Craig (no tanto de Quantum of Solace). Por recomendación de un podcast vi y amé License to Kill, una de las dos películas de Timothy Dalton como Bond.

De alguna forma, estoy más familiarizado con el personaje por la influencia que ha tenido en otras franquicias, como las películas de la serie Bourne o las de Austin Powers. De hecho, se me ocurren más parodias (Johnny English, Get Smart) que aproximaciones serias (eh... ¿ven?). Pero bueno, ahí está el personaje, listo para ser explorado y, con suerte, aprender de él.

-d.


miércoles, 3 de noviembre de 2010

domingo, 16 de mayo de 2010

Edición (real y metafísica)

Es muy tarde, muy muy tarde como para estar empezando una entrada en este blog abandonado, pero siento que es un poco necesario.

Desde que escribí aquí la última vez, no he hecho más que cambiar. Cosas nuevas y diferentes están pasando todo el tiempo en mi vida, pero me niego a aceptarlas. Sigo obligándome a pensar que soy el mismo que hace cuatro o cinco años.

Hoy vi Atonement y me pegó duro la idea de que todo puede acabar en cualquier momento. Una confusión estúpida, una decisión apresurada o mal pensada puede joderme.

¿Podría ser que ya tomé la decisión que va a decidir el curso de mi vida?

Esta semana, por ejemplo, se me fueron tres o cuatro oportunidades grandes. Grandísimas. No he aprendido a respetarme lo suficiente como para darme la oportunidad de tomar riesgos.

Y si no me creo capaz de hacer grandes cosas, es seguro que nunca voy a hacer grandes cosas.

---

También esta semana encontré una verdad acerca de mí: me la paso todo el día editando. Constantemente estoy repitiendo lo que quiero decir, acomodando palabras, acortando aquí, agregando ahí, para llegar al significado perfecto de lo que quiero decir. También me pasa con las pequeñas narrativas en mi cabeza. Mis sueños despierto. Repito escenas, cambio el orden, meto y saco personajes.

Todos los sábados doy un taller de habilidades para el éxito a un grupo pequeño de alumnos de secundaria en Tekit. Una de nuestras actividades consistió en escribirnos cosas agradables, como "ofrendas" en papel. Notitas cortas, sobre las características positivas que veíamos en los demás miembros del grupo. La retroalimentación que obtuve de esa actividad me llegó bastante. El objetivo es subir un poco la autoestima del grupo, pero no tenía en cuenta que también me iba a servir a mí.

Los comentarios más recurrentes fueron que sé escuchar a los demás, y que sé explicar bien las cosas. Que cuando hablo, soy breve pero doy a entender mi punto sin problemas. Y eso alimentó mis pensamientos sobre el editor que hay en mi cabeza: de algo sirve el tiempo excesivo que paso pensando y re-pensando las mismas cosas. He aprendido a redactar lo que digo.

Quiero seguir practicando, y quiero aplicar la edición a una escala más grande por un lado, y de manera más específica por el otro. Quiero aprender a editar, redactar, darle sintaxis al curso de mi vida. Y quiero participar en proyectos en los que estas habilidades sirvan. Básicamente, quiero dejar de pensar que soy un inútil sin talento. Tengo ALGO bueno en mí, y me gustaría empezar a usarlo.

No va a estar fácil, y probablemente voy a perder las ganas y la energía muy rápido, pero aquí dejo los planes. La idea ya está afuera.

Si me ven por ahí, perdido, recuérdenme que no tengo que estar así, que por lo menos hubo un momento en el que me creí capaz de algo.

-d.